La operación policial conjunta, denominada "Tabacu Tormo", se inició a finales de julio, cuando ambos cuerpos policiales decidieron llevar a cabo la investigación tras cruzar información, y que finalmente dio sus frutos el pasado día 1 de septiembre.
La investigación se inició tras sorprender un cazador a dos individuos, desconocidos en la zona, en un paraje poco transitado.
Así, los agentes pudieron localizar una plantación de cannabis en un lugar recóndito y de acceso complicado en un cañón del río Guadazaón rodeado de cortados de rocas.
Durante varias semanas establecieron un dispositivo de vigilancia sobre el terreno, para controlar los movimientos de las personas que se encontraban al cargo del cultivo.
Durante la investigación se confirmaron las infraestructuras que se habían construido en la zona, con numerosas terrazas o parcelas.
Encontraron al menos cuatro balsas artificiales que llenaban con agua del río utilizados para regar por precipitación mediante una red de cientos de metros de mangueras de amplio grosor, secaderos ocultos entre la vegetación, una amplia carpa donde cocinaban y realizaban diversos trabajos, escaleras excavadas en los márgenes del río, varios puentes de piedra y madera, entre otros.
Campamento
Retirada de la plantación, en un lugar más elevado y al cual accedían por un complicado paso entre las rocas, se encontró el campamento donde pernoctaban y guardaban los cogollos de marihuana ya dispuestos para su traslado fuera de la plantación, lugar éste que utilizaban también de atalaya desde donde vigilaban el cultivo.
En la mañana del día 1 de septiembre se estableció un operativo con personal de ambos cuerpos policiales al objeto de proceder a la detención de los miembros de esta red criminal, han relatado.
Los ahora detenidos, al verse sorprendidos por los agentes, iniciaron una rápida huida campo a través, siendo interceptados minutos después tras una peligrosa persecución por la complicada orografía del terreno.
En la plantación encontraron 2.300 plantas de una altura de entre 2 y 3 metros distribuidas en al menos 10 terrazas o parcelas, varias sacas con cogollos de gran tamaño ya recolectados, el complejo sistema de riego ya contemplado en las vigilancias efectuadas, las balsas y los secaderos.
Los agentes pudieron determinar que ya habían recolectado varios miles de plantas, teniendo la plantación una capacidad de producción de aproximadamente 5.000 unidades.
Calculan que la sustancia vegetal estupefaciente intervenida tiene una valor aproximado en el mercado ilícito entre 7 y 20 millones de euros, según su distribución se realice a otro intermediario o en el mercado de los consumidores finales del producto.
La Guardia Civil y la Policía dan, con esta operación, por desmantelada esta plantación perteneciente a una organización delictiva a nivel internacional de ciudadanos de origen serbio y albanés, al igual que en la desarticulada en Huélamo hace unos años.
Los detenidos por esta actuación pasaron a disposición del Juzgado de Guardia de Motilla del Palancar (Cuenca).
Ya han ingresado en prisión.