En este sentido, el presidente del Colegio de Veterinarios de Cuenca, Luis Colmenar, ha indicado en Onda Cero Cuenca que, ante los síntomas iniciales hay que comunicarlo a los servicios veterinarios oficiales para que se realicen los análisis correspondientes.
Colmenar ha indicado además que los nuevos focos detectados en Cuenca, en La Alberca de Záncara y Tébar, están controlados aunque ha reconocido que "los virus no tienen fronteras" y "controlar los movimientos en un mundo global es muy complicado".
El primer foco en Cuenca se registró en Villaescusa de Haro, donde se sacrificaron 24.000 animales.
La enfermedad estaba erradicada en España desde 1968 y el primer foco en nuestro país se detectó en septiembre en Granada.
Medidas de control
Una vez declarado un foco, el protocolo indica que las autoridades de Castilla–La Mancha deben establecer una zona de protección de 3 kilómetros y una de vigilancia de 10 kilómetros.
También medidas de bioseguridad y vigilancia en las explotaciones, así como la aplicación de medidas de restricción de movimiento de animales y productos y la investigación epidemiológica para tratar de identificar el origen del virus, aún bajo estudio, así como los posibles contactos de riesgo que se hayan podido dar, entre otras.
La viruela ovina y caprina es una enfermedad infecto-contagiosa producida por un virus ADN, perteneciente al género Capripoxvirus dentro de la familia Poxviridae.
Es endémica en África (al norte del Ecuador), Oriente Medio, Turquía, Irán, Afganistán, India, Nepal, en zonas de la República Popular China, y, desde 1984, en Bangladesh.