La presidenta del Colegio, Luz Moya, ha celebrado el mantenimiento de este servicio rural, dado que la botica es una de las pocas de la Serranía Alta.
En este sentido, Moya ha destacado el esfuerzo realizado en los últimos meses para intentar buscar relevo a esta farmacia rural, que ha estado atendida durante años por el boticario Alfredo Monteagudo, quien falleció en el verano de 2022.
Desde entonces se ha encargado de la regencia Sagrario, a quien se le acababa la concesión esta semana.
Finalmente se ha podido traspasar la botica a una nueva propietaria, quien desde este jueves se encarga de su gestión.
Asimismo, la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cuenca ha manifestado que se sienten "orgullosos" de haber contribuido al "esfuerzo conjunto para preservar la farmacia en Beteta".
"Es un testimonio de cómo, trabajando juntos, podemos superar los desafíos y preservar los servicios vitales para el bienestar de nuestras comunidades", ha agregado.