Los tambores destemplados de Las Turbas y sus clarines con sordina han vuelto a sonar este Viernes Santo en Cuenca en una Semana Santa atípica, además de lluviosa. Mayores, jóvenes y niños han salido a los balcones y ventanas para responder a la convocatoria realizada por la junta regidora del Grupo Turbas, que participa en la procesión Camino del Calvario.
Durante diez minutos han querido recordar a los fallecidos por la pandemia del coronavirus en Cuenca y mandar un mensaje de ánimo a todos los sanitarios que luchan en la primera línea.
A la convocatoria también se han sumado ambulancias, bomberos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Sus sirenas se han mezclado con esos sonidos y los del miserere en la iglesia de San Felipe Neri, donde se han reunido al mediodía. También en la Plaza Mayor.