Los hechos se produjeron después del partido que enfrentaba este fin de semana al club local, Torija A y el Ciudad Guadalajara B, en la División de Honor de la Agrupación Alcarreña.
Los implicados, según la denuncia, son cinco jugadores del club anfitrión -entre los que estaba el alcalde de Torija, Álvaro Murillo, que es jugador del equipo local aunque no participó en el encuentro por sanción.
El árbitro de fútbol sala, Abdessamad Mokhtar El Kharaifi y su hermano, que hacía las veces de árbitro anotador, ambos de origen magrebí, de 17 y 18 años de edad, aseguran que fueron blanco de insultos racistas que derivaron en agresión física. El árbitro recibió una patada en la cabeza y acabó con una fractura de mandíbula de la que fue atendido en el Hospital General Universitario de Guadalajara.
El agredido asegura que el alcalde de Torija, "estuvo presente en todos los hechos, participó en los insultos y sólo intervino cuando vio su rostro deformado y ensangrentado". Llegó a perder el conocimiento unos 30 segundos después de haber recibió una fuerte patada en la cara.
La Guardia Civil investiga estos hechos en relación al protocolo de la violencia en el deporte.
Convocada la Comisión Antiviolencia
Las reacciones de repulsa y condena no se han hecho esperar desde distintos ámbitos.
También ha condenado la agresión el Club Deportivo Torija, el Ayuntamiento de Torija y el Club Deportivo Ciudad de Guadalajara F.S.
Los mensajes de apoyo a la víctima y contra la violencia en el deporte se han repetido.
El delegado de Deportes de la Junta de Comunidades en Guadalajara, Ángel Fernández Montes, ha expresado su “máxima condena ante estos hechos”.
“Todos tenemos que ser referentes y en una sociedad civilizada como la nuestra, la violencia no tiene cabida.Esto es algo que debemos desterrar. No debería repetirse. Espero que la comisión tome las medidas adecuadas y que las personas que lo han hecho sean capaces de salir a disculparse ante la sociedad”.

