El Consejo Local de la Mujer se ha concentrado este martes en el parque de La Vega en repulsa de la violencia machista.
La concejala de Igualdad, Ana Abellán, se ha sumado a la convocatoria junto a otros concejales de la Corporación Municipal.
La Asociación María de Padilla ha sido la encargada de dar lectura al manifiesto de este mes de noviembre antes de guardar un minuto de silencio y encender unas velas en memoria de las menores y mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas.
“Estas muertes, 37 en lo que va de año en España y 1.167 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar datos, dan cuenta de una atrocidad que cada día aletarga más a la sociedad y pasa por nuestras mentes como un número más, sin pena ni gloria”, ha indicado desde el Consejo, para subrayar que el número de menores víctimas mortales por violencia de género asciende a 47 tras el asesinato de este lunes, 7 de noviembre, en Móstoles (Madrid).
“Todo ello es la máxima representación de la violencia machista que personifica una grave y sistemática vulneración de los derechos humanos de más de la mitad de la población en nuestra sociedad”, ha denunciado desde el Consejo Local de la Mujer, no sin antes alzar la voz y apostar por garantizar una sociedad libre y segura contra la violencia de género.
Las mujeres no somos territorio de conquista
“Seguimos insistiendo año tras año en nuestra preocupación por los posibles errores cometidos por el sistema institucional que ocasionan que una mujer que haya denunciado maltrato quede sin la ayuda necesaria para su protección por falta de medios, formación o coordinación de los responsables para procurársela, y que la justicia no tenga la implicación suficiente, porque muchas sentencias siguen sin ser condenatorias ante casos de flagrante delito”, han recogido en el manifiesto de este primer martes de mes.
En este sentido, desde el Consejo Local de la Mujer han solicitado una vez más políticas prioritarias y transversales a todos los niveles con un carácter pedagógico en perspectiva de género, pues “este círculo vicioso de la violencia de género tiene un principio, pero también puede tener un buen final, y entre todas y todos podemos ponerle ese final; sin embargo, el mejor final siempre tiene un mejor principio, un principio en el que se siembre desde la base, la igualdad”.
El manifiesto ha finalizado con un mensaje rotundo y claro: “Expresamos nuestro rechazo a todas las manifestaciones de esta violencia, declarando tolerancia cero con los maltratadores. Ante las atrocidades, tenemos que tomar partido. El silencio siempre estimula al verdugo. Las mujeres no somos territorio de conquista”.