Dirige la atención del espectador a los pequeños detalles, porque la belleza puede estar en cualquier cosa, en una fregona, en un sumidero o en la silueta de un gato que parece omnipresente. El trazo es una herramienta y el color, la luz o la perspectiva excusas para plasmar el mundo sin complejos. Hasta el 10 de enero, en el Centro Cultural "la Confianza", una treintena de sus obras aguardan las miradas de aquellos, que sin más pretensión que dejarse absorber, se acerquen a contemplar una obra pictórica que no es "de libro", porque tiene sus propias páginas y el manual que habita en la mente del artista.