El negocio lo iniciaron sus padres en 1968 y desde entonces no ha dejado de dar alegría en forma de churro o porra, evidentemente acompañados de chocolate. Los últimos tiempos no han sido fáciles, pero las dificultades nunca les han arrugado, se seguía adelante con esfuerzo, con trabajo y con todo el buen humor que se pudiera sacar. Hoy ha estado con nosotros y nos ha endulzado la mañana y la noticia. Javier Ruiz y Sebastián Marín no se lo han querido perder, hasta le hemos ofrecido formar parte de El Mini. Nos ponemos a negociar el contrato.