Hablamos de que un 75% de nuestros campos de cultivo sufren carencia de agua y se prevé que en este siglo pueden terminar siendo zonas áridas o desérticas. La manera de combatir estos efectos del cambio climático pasa por la investigación y el desarrollo de semillas que den un mayor rendimiento, requieran de menos agua y sean, por ejemplo, más resistentes a las plagas. Pero esos avances requieren de tiempo e inversión, en cifras se estima que un avance de este tipo requiere de 10 o 12 años de investigación y una inversión de entre 1 y 3 millones de euros. Para concienciar a la sociedad sobre esta situación y asesorar al sector primario nace la campaña Agricultores Contra El Cambio Climático, promovida por Grano Sostenible (Geslive, Asaja, Cooperativas, UPA).