El proyecto se ha visto retrasado por la pandemia de COVID-19 y por la invasión de Ucrania. En él Valdepeñas tiene una especial importancia ya que sería el cuartel general para la manufactura y pruebas de vuelo de la aeronave, que estará dedicada a tareas de vigilancia de fronteras, contra incendios y salvamento marítimo. Pero también como apoyo a la transición ecológica y en el desarrollo de las comunicaciones, llevando la tecnología 5G a zonas de difícil acceso.
El aparato tiene una superficie de 300 metros cuadrados de placas solares y cuenta con baterías de alto rendimiento. Además extrema la seguridad ante cualquier fallo con sistemas triplicados y cuadruplicados. Su capacidad de planeo oscila entre las 6 y 10 horas lo que permite, en caso de avería o emergencia, dirigirlo a zona segura y hacerlo aterrizar. Se trata de un avión que puede mantenerse en vuelo durante meses sin necesidad de tomar tierra.