Desde primera hora de la mañana los miembros de la Hermandad de Ánimas llaman a cada puerta, campana y crucifijo en mano, pidiendo un donativo para encargar misas por las almas en pena del purgatorio. Con ellos llevan una bandera con la inscripción “Serás lo que soy” y bajo ella dos tibias y una calavera.
Los almedinenses que no dan dinero a esta ruidos y colorida comitiva contribuyen con comida, normalmente dulces, que por la noche se ofrecen en la barra del baile.
Es una jornada lúdica y festiva muy antigua, existen referencias en los archivos parroquiales de la localidad que datan del siglo XIV, a la que se busca incorporar a las nuevas generaciones para asegurar su continuidad, explica a Onda Cero Pepa González, componente de la Hermandad de Ánimas.
En este pequeño pueblo de la comarca de Campo de Montiel el animero mayor ostenta además, como hemos escuchado, el bastón de mando durante este día, cedido por el alcalde. Su figura tiene también un peso importante en la fiesta nocturna, donde da paso a las pujas por los bailes.
Que se tenga constancia, solo en Almedina y en una localidad de Murcia pervive esta tradición.