Abre su almazara la Cooperativa Olivarera de Valdepeñas para empezar a recibir las variedades tempranas frantoio, arbosana y arbequina. Es el inicio de la recogida en verde, cada vez más extendida y que prioriza la calidad de la materia prima.
Una campaña de aceituna determinada por la escasez de lluvias y el calor extremo, con temperaturas mínimas muy elevadas que apenas han dado respiro a los olivos durante la noche. Se calcula que se recogerá, como mucho, la mitad de kilos con respecto a 2021, que ya registró una merma del 50% sobre el año anterior. José Antonio Sánchez Elola, presidente de COLIVAL.
Las condiciones meteorológicas también han acelerado la maduración y deshidratado la aceituna, con consecuencias sobre la calidad del fruto que, si bien no será tan alta como en otras ocasiones, permitirá elaborar buenos aceites de oliva virgen extra.
Más difícil es prever la evolución de los precios en un mercado donde la volatilidad es la tónica predominante. En principio, ateniéndose a la ley de la oferta y la demanda, los agricultores deberían obtener beneficios, apunta Sánchez Elola.
COLIVAL, que representa a cerca de 900 agricultores de varios municipios de la zona, molturó en 2021 once millones de kilos de aceituna.