En Consolación, ahora barrio de Valdepeñas, estaba el santuario de la Virgen, que fue destruido durante la invasión francesa en 1808. El 31 de mayo de ese año la imagen se traslada a la localidad, donde consiguen preservarla y donde permanece desde entonces.
Esta es, por tanto, una ocasión extraordinaria, la imagen vuelve a su lugar de origen después de cinco años, coincidiendo con el aniversario de su Coronación Pontificia. Manuel Álvarez, hermano mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de Consolación.
Allí va a estar durante unas horas en la ermita para que sea venerada por sus fieles. Una jornada que conjuga actos religiosos y festivos para celebrar este momento.
El día 31 de mayo, tras el rezo del Rosario de la Aurora, la Virgen de Consolación regresará en andas a Valdepeñas. Para su traslado se ha pedido colaboración a cuadrillas de costaleros de distintas hermandades de la localidad, aunque la prioridad para hacer ese camino es para los devotos de la patrona, deja muy claro el hermano mayor.