Estas cantidades se establecen para compensar, en parte, los ingresos que las explotaciones ganaderas dejan de percibir al estar obligados a sacrificar a sus animales por razones sanitarias o por los periodos de inactividad establecidos para evitar la propagación de enfermedades. En concreto, la viruela ovina y la tuberculosis caprina.
Los afectados valoran positivamente el ingreso en sus cuentas de estas ayudas, aunque habían calculado que serían mayores, explica a Onda Cero el ganadero de Valdepeñas José García de Mateos.
García de Mateos es, precisamente, uno de los primeros en plantear al Gobierno regional la posibilidad de estas ayudas al lucro cesante, desde los primeros vaciados por tuberculosis caprina en 2021.
Ahora, más de tres años después de llevar sus cabras al matadero, este ganadero y otros que en esa época sufrieron esa pérdida reciben esta compensación, entonces casi impensable.
Las ayudas se han concedido por media de día sin animales hasta que las explotaciones volvieron a retomar la actividad.