Estamos en la época del esquileo de las ovejas y algunos ganaderos de la provincia ya han empezado con esta actividad, aunque es en los últimos días del mes de abril cuando se incrementa y vive en mayo su periodo más intenso.
En muchos casos esta preferencia de fechas está relacionada con la llegada del buen tiempo en esta zona, se espera dejar atrás la posibilidad de temperaturas frías que puedan afectar a los animales si están desprotegidos de sus vellones.
Esquilar al ganado ovino es esencial para su cuidado y beneficioso para la producción de leche en los meses de calor.
Sin embargo, estas tradicionales labores se ven condicionadas en esta ocasión por la viruela ovina y el miedo a la posibilidad de contagio de esta enfermedad que, recordemos, obliga al sacrificio de todos los animales.
Hay quien se plantea no realizar, por ahora, esta actividad. Otros optan por esquilar ellos mismos, algo que requiere destreza y un gran esfuerzo.
Las explotaciones ganaderas dentro de la zona de protección, aquellas que estén en los municipios de Alcázar de San Juan y Campo de Criptana, están obligadas a notificar a la Oficina Comarcal Agraria (OCA) correspondiente su pretensión de esquilar a las ovejas.
Para la zona de vigilancia la Dirección General de Agricultura y Ganadería ha establecido un protocolo a cumplir: un doble registro de la visita a la explotación, por parte de esquiladores y ganaderos; rigurosa limpieza y desinfección de equipos de protección, maquinaria o vehículos vinculados a las labores de esquileo.
Evitar correr riesgos innecesarios y si, durante esta tarea, se detectan lesiones en la piel de los animales apartar del rebaño a los afectados y avisar de forma inmediata a los servicios veterinarios oficiales.
Estas pautas son aplicables a 14 municipios de nuestra provincia, 4 de nuestra comarca: Villarta de San Juan, Puerto Lápice, Manzanares y Llanos del Caudillo, todos ellos dentro del perímetro de 25 kilómetros desde el lugar de los últimos focos detectados de viruela ovina y caprina.