Ovejas y cabras comen menos en esta época y lo hacen a primera y última hora del día, mientras que durante las horas centrales sobre todo beben agua. Este cambio en su alimentación tiene una repercusión directa en las explotaciones ganaderas, disminuye la producción de leche y baja el extracto quesero, afectando a su rentabilidad económica. Como explica a Onda Cero el ganadero de Valdepeñas, José García de Mateos: "Eso nos afecta, como decía el otro, como siempre, en pérdida de dinero. Porque nosotros cobramos por calidad de la leche, por extracto quesero, que es la suma de grasa más proteína. Si normalmente en la cabra podemos tener 8,5-9 de extracto quesero, ahora a lo mejor podemos bajar a 7,5. En oveja a lo mejor puedes tener un 14 en extracto casero y ahora te puedes bajar a lo mejor a un 12,5, por ahí. O sea que eso es pérdida de dinero."
Ahora se sale menos al campo con los animales y se aprovechan los momentos menos calurosos de la jornada. Esta es una de las razones del cambio en las rutinas de pastoreo, aunque no la única. Otra es la evolución en la agricultura, la nueva maquinaria para cosechar deja muchos menos restos de cereal a su paso y casi no merece la pena llevar al ganado. A esto se suman las infrecuentes tormentas de verano que antes ayudaban a reverdecer el campo y a engordar a cabras y ovejas.
García de Mateos, que tiene una explotación caprina de leche, recuerda que, históricamente, el ganado aguanta bien las duras condiciones de esta zona y no necesita una alimentación especial, si bien agradecen cuando se introduce algún cambio. "Si salen con el calor los animales no comen, se hacen una pelota, tiene calor y no les apetece comer. Si ahora les haces la ración dijéramos un poquito más húmeda, más apetecible con algunos productos pues también la hace más apetecible y come más el animal. Pero de vitaminas y todo normal."
Los profesionales de la ganadería tienen todos estos factores en cuenta para cuidar a sus animales de las altas temperaturas, incluso si es posible procuran evitar los partos en los meses de julio y agosto, porque el intenso calor puede elevar la mortandad entre las crías recién nacidas.
Ponen también especial atención en el cuidado del proceso de extracción y almacenaje de la leche en tanques, para garantizar un producto de calidad y en perfectas condiciones.