Los cereales están en pleno proceso de desarrollo y si en 15 o 20 días no se registran lluvias copiosas no tendrían fuerza suficiente para crecer y espigar. El sol y el calor empiezan a secar zonas de los cultivos, donde la tierra está muy seca, explica a Onda Cero Juan José Díaz de los Bernardos, agricultor y presidente de ASAJA en La Solana.
Díaz de los Bernardos apunta que es pronto para aventurar cifras, pero las pérdidas para los agricultores serían muy importantes, hasta el punto de no llegar a cosechar.
Si bien la situación es más apremiante en el caso del cereal, otros cultivos prioritarios en esta zona están cerca de momentos determinantes para su posterior evolución.
Es el caso de la viña, días de sol fuerte puede adelantar la aparición de los primeros brotes o yemas, con el riesgo que supone en una época del año en la que todavía son posibles descensos bruscos de temperaturas y heladas que pueden llevar a la pérdida del fruto.