Al retomarse los controles de animales con la prueba de la tuberculosis, después de mucho tiempo sin inspecciones, han empezado a aparecer una alta cifra de casos en cabras en la provincia que supone el sacrificio de estos animales.
José García de Mateos, que tiene su explotación de caprino en Valdepeñas con 610 cabezas de ganado, llevará al matadero la próxima semana a casi la mitad. 280 cabras serán sacrificadas.
García de Mateos ha explicado a Onda Cero que los ganaderos son los primeros interesados en tener animales sanos, sin embargo las pruebas de la tuberculosis son poco fiables y no se da al sector la opción de realizar contranálisis. En algunos casos, hasta el 90% de las cabras examinadas tras su sacrificio están sanas.
Los ganaderos, piden que se dediquen esfuerzos para encontrar una vacuna, una forma de detectar la enfermedad de forma precoz o tratamientos que eviten medidas drásticas.
Por cada positivo confirmado tras la muerte reciben una media de 80 euros por animal, la cantidad varía en función de la edad, aunque esto no compensa el sobrecoste de llevar las cabras al matadero designado por la administración regional, la cantidad que pagan por la destrucción de los cadáveres de las cabezas de ganado enfermas, ni los gastos de transporte.
Reponer los animales requiere fuertes inversiones que muchos no pueden asumir, a lo que se suman otros factores que están llevando a los ganaderos a una situación límite, como el alto precio del pienso.
Para muchos profesionales de este sector donde existe, como en otros vinculados al sector primario, un importante problema de relevo generacional, con una edad media de 60 años, esta situación puede abocar a los ganaderos a dejar esta profesión.
La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores, ASAJA, de Ciudad Real solicita a la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural agilidad en la convocatoria de ayudas para reponer animales en las explotaciones ganaderas por vaciado sanitario.