La Casa de La Tercia, inmueble del siglo XV situado en la plaza principal y ligado a la cultura de Torre de Juan Abad desde hace décadas, deja de albergar la Biblioteca Municipal, donde llevaba desde 1985.
Pasa de este emblemático edificio a un almacén de muebles, un cambio de ubicación que ha sorprendido y al que han reaccionado un grupo de docentes que ejercen o han ejercido en el Colegio Público Francisco de Quevedo de la localidad. Centro educativo que lleva el nombre del poeta del siglo de Oro por ser, dentro de la historia del municipio, su más ilustre vecino.
En un escrito enviado a los medios de comunicación, estos maestros señalan que parece ilógico presumir de un escritor de renombre y trasladar la biblioteca, lugar de lectura y conocimiento, a un almacén, cuando las cosas consideradas importantes se colocan en lugares destacados, donde se vean. Rosa María Murcia lleva veintiséis años como maestra en el colegio y su familia visita con frecuencia la biblioteca: "Entendería, a lo mejor, que dijeran mira la cambiamos a la Casa de Quevedo, por lo que supone, por el referente, porque allí vivió Quevedo y tiene salas y tiene espacio. Bueno, pues dentro de todo vale, pero esto no. Yo el almacén de muebles te puedo decir que lo conozco desde hace tiempo, porque compré dos colchones ahí, y sé cómo es. Entonces no me parece el sitio para la biblioteca. La biblioteca es luminosa, es céntrica, tiene un peso histórico".
DESCONOCEN LAS RAZONES DEL CAMBIO
Los docentes se preguntan si hay un motivo justificado para este traslado, porque sus indagaciones no han encontrado razones de peso. Dicen que el edificio donde estaba la biblioteca no amenaza ruina, solo necesita un buen mantenimiento; la solución a los posibles problemas de accesibilidad, al estar en una primera planta, se solventarían arreglando el ascensor con el que cuenta y las posibles molestias por la proximidad del bar del Hogar del Jubilado no son nada grave. "Quizá pues que está ya muy mayor la biblioteca y necesita un lavado de cara, vale pues que se lo den. Entiendo que a lo mejor la cierren durante un tiempo, le hagan un poquito de reforma, pongan ese ascensor a funcionar, un pintado, lo que sea y otra vez vuelvan allí a recibir a los chicos, a los grandes y a todo el mundo. Porque es un espacio muy acogedor y muy mágico", dice Murcia.
Por otro lado, entienden que este cambio no mejora los problemas de espacio que pudiera haber en la Casa de la Tercia. Al parecer en su nueva ubicación hay menos espacio, tiene menos ventanas y, por lo tanto, peor ventilación.
Añaden los firmantes de este escrito que no tienen constancia de que se haya pedido opinión a profesionales, usuarios o a la población en general.