Los profesionales sanitarios habían advertido que, casi con seguridad, este elevado porcentaje significaría más animales afectados en las siguientes rondas.
García de Mateos ha perdido las 600 cabezas de ganado caprino que tenía. En su explotación solo quedan, como él mismo dice, “unas pocas ovejas”. Su caso no es muy distinto al de otros ganaderos del sector afectados, solo es la voz más reconocida porque lleva meses hablando en nombre de todos ellos.
Sin cabras no hay ingresos, aunque es necesario seguir pagando inversiones o gastos. Entre estos últimos, los costes del sacrificio de sus propios animales, transporte y matadero.
En el caso de García de Mateos han pasado cerca de tres meses desde que fueran al matadero las primeras cabras que dieron positivo en tuberculosis y todavía no ha cobrado las ayudas de la Administración.
Calculan que pierden unos 24 euros mensuales por animal. Y si dan otro uso a leche, como la elaboración de queso, hay quien ha tenido que cancelar compromisos empresariales al perder a sus animales y la materia prima con la que trabajan.
Por ahora, diez explotaciones ganaderas de la provincia de Ciudad Real se han acogido a la posibilidad de realizar el vaciado sanitario debido a los casos de tuberculosis en cabras. Una decisión que supondrá el sacrificio de unos 3 000 animales.
Mientras continúan los controles serológicos, dentro del Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina. En algunas zonas ha empezado una segunda ronda de pruebas con 280 animales positivos en Puerto Lápice, 31 en Santa Cruz de Mudela u 11 en Viso del Marqués.
El alto número de casos de tuberculosis detectados ya ha obligado a sacrificar cerca de 27 000 cabras en la provincia de Ciudad Real.