Se trata del sacrificio de todos los animales por motivos de salud pública o animal, bajo la supervisión de la autoridad competente, en este caso la Dirección General de Agricultura y Ganadería.
Para los ganaderos de caprino de provincia de Ciudad Real, en nuestro caso concreto en las comarcas de Campo de Montiel, Manzanares y Valdepeñas, donde el incremento de los casos de tuberculosis en cabras está llevando a miles de cabras al matadero, estas ayudas apenas llegan para paliar las pérdidas económicas que están sufriendo. José García de Mateos, ganadero de Valdepeñas, como portavoz de los afectados.
No llegan a tiempo para acceder a esta convocatoria, al menos en esta convocatoria, las dos explotaciones familiares de Campo de Montiel que esta semana se han sometido a ese vaciado sanitario. Una en Villamanrique, donde han matado a 130 cabras, otra en Alcubillas, con 140 animales sacrificados.
Se trata, además, de las pocas donde se produce relevo generacional con la incorporación al oficio de los hijos, en ambos casos dos jóvenes de 25 años.
Si quieren seguir necesitan comprar más animales, pero ni han cobrado por parte de la Administración el dinero por las cabras sacrificadas ni el dinero que van a recibir es suficiente, tendrán que pedir un préstamo y endeudarse.
Estas dificultades para mantener esta forma de vida no solo ponen en riesgo el oficio de cabrero, tampoco contribuyen al objetivo de evitar la despoblación en estas zonas rurales.