La Audiencia Provincial de León ha decidido en una pieza separada sancionar al letrado Fermín Guerrero por su incomparecencia del día 27 de enero que motivó la suspensión de la vista oral de ese día.
El abogado ha manteniendo siempre la incógnita sobre su misteriosa desaparición durante 20 horas y la ha achacado a la esfera de lo privado. Nunca ha desvelado si su desaparición fue motivada por enfermedad o alguna causa justificable alegando que "eso pertenece a la intimidad".
Su desaparición y la imposibilidad de contactar por ningún medio con él creó una gran alarma en el mediático juicio por el crimen de Isabel Carrasco.
Tras ser localizado por la Policía Local en una céntrica calle de León el letrado reconoció que su desaparición había sido voluntaria y debido exclusivamente a "motivos personales imprevistos", a la vez que negó que la ausencia se debiera a ninguna estrategia legal.
Al día siguiente y tras reanudarse la vista oral el abogado pidió perdón y ofreció explicaciones al presidente del tribunal, Carlos Álvarez, y a su defendida Raquel Gago, quien a pesar de la situación mantuvo su confianza en el letrado.
Unas explicaciones que, además, Guerrero ofreció por escrito en una pieza independiente de la causa para determinar si incurrió en alguno de los delitos recogidos por la ley para estos casos.
La polémica le persiguió a Guerrero hasta el último de un juicio. En la última sesión el fiscal de la causa, Emilio Fernández, también insistió en la apertura de una investigación para clarificar la ausencia "sin justificación hasta el momento" del abogado de Gago.