La Junta de Castilla y León declara este viernes 7 de junio el periodo de peligro medio de incendios forestales ante las elevadas temperaturas previstas, aunque a partir del fin de semana se espera un descenso y la llegada de lluvias.
Además, a partir del miércoles, 12 de junio, se activa la declaración de riesgo alto, que se mantendrá durante los siguientes cuatro meses.
En la comparecencia posterior al Consejo de Gobierno, el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, adelantó que mañana se declara el riesgo medio de incendios y se remitió a una rueda de prensa el próximo lunes, 10 de junio, en el Centro contra el Fuego de León, en la que presentarán más detalles del operativo previsto para esta campaña, aunque insistió en que se había reforzado desde 2020.
Esta declaración implica que se mantendrá un despliegue importante de medios para prevenir y controlar cualquier posible conato de incendio. Habrá personal de guardia, incluyendo agentes medioambientales y técnicos especializados en extinción, así como un mantenimiento activo de medios aéreos, autobombas y cuadrillas nocturnas. La mayoría de las cuadrillas terrestres y equipos de maquinaria también estarán en servicio, informó después la Junta en nota de prensa.
Explica que las estadísticas de este año muestran una mejora con respecto a la última década. Hasta el 31 de mayo, el número de incendios es un 67 por ciento menor que la media de los últimos 10 años y el 78 por ciento de los incendios ocurridos se han quedado en conatos, que es una proporción 12 puntos porcentuales más favorable que dicha media. La superficie arbolada quemada este año es de 35,50 hectáreas y la superficie forestal afectada es de 1.080,12 hectáreas, ambos datos considerablemente inferiores a la media de la última década.
Recuerda que está prohibido en el monte y a menos de 400 metros la quema de rastrojos; hacer hogueras y fogatas; encender fuego en las áreas de descanso de la red de carreteras; tirar fósforos, colillas o cualquier material en ignición al suelo; la quema al aire libre de basureros, vertederos o cualquier acumulación de residuos de cualquier tipo; arrojar fuera de los contenedores de basura los desechos o residuos que con el tiempo puedan resultar combustibles o susceptibles de provocar combustión (tales como vidrios, papeles, plásticos, aerosoles o mecheros, entre otros).
También está prohibido aparcar vehículos en los caminos, pistas forestales y cortafuegos, de modo que supongan un impedimento al paso de los vehículos del Operativo de lucha contra los incendios forestales; y el lanzamiento de cohetes, globos o artefactos de cualquier clase que contengan fuego seguirá requiriendo la correspondiente autorización.
La Junta de Castilla y León confía en que la población siga extremando la prudencia en sus actividades de trabajo y ocio al aire libre para evitar el inicio de un posible incendio y, en caso de producirse, alerte a través del 112. Asimismo, se recuerda que la realización de actividades no permitidas puede causar incendios que ocasionen un grave riesgo para las vidas humanas, poblaciones y otros bienes, así como para el patrimonio natural y cultural, y que, además, pueden ser acciones constitutivas de delito, por lo que se efectúa un llamamiento a la responsabilidad y a la colaboración ciudadana para evitarlas.