Esposa del policía nacional que detuvo a dos acusadas

Testigo presencial del crimen de Isabel Carrasco: "Montserrat González no parecía nerviosa"

Elena Moradeira, testigo presencial del crimen de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, ha asegurado este jueves ante el tribunal que juzga los hechos que vio a la asesina confesa, Montserrat González, "muy segura" y que "no parecía nerviosa".

ondacero.es

Madrid | 21.01.2016 11:37

Declaración de la testigo presencial en el juicio por el crimen de Isabel Carrasco
Declaración de la testigo presencial en el juicio por el crimen de Isabel Carrasco | Agencia EFE

Esta testigo es la esposa del policía nacional jubilado Pedro Mielgo Silván, que propició la detención de dos de las acusadas del asesinato, ocurrido el 12 de mayo de 2014, cuando Isabel Carrasco transitaba por una pasarela peatonal sobre el río Bernesga, y siguió a la mujer que había visto como disparaba contra la dirigente política del PP.

El matrimonio ha comparecido esta mañana ante el tribunal tras prestar declaración los últimos dos días las tres acusadas por este asesinato, Montserrat González, autora confesa de los disparos, su hija Triana Martínez, y la policía local Raquel Gago.

La mujer ha recalcado que la asesina confesa, con la que se cruzó dos veces sobre la pasarela, segundos antes de efectuar los disparos, y al volver sobre sus pasos, cuando se paró un instante, y la miró a ella y a su marido, actuó "con seguridad".

Elena Moradeira, que fue la primera persona que avisó al 112 tras el tiroteo, ha explicado que ella y su marido eran las únicas personas que se encontraban sobre la pasarela en el momento en el que Isabel Carrasco fue tiroteada.

La mujer ha ratificado el testimonio de su marido y ha explicado que segundos después de cruzarse sobre la pasarela con Isabel Carrasco, a la que reconoció como una persona "importante" porque la había visto en la televisión, y otra mujer que iba a unos dos metros de ella, escucharon una detonación que sonó como un petardo.

Al volverse vieron como "la mujer rubia caía al suelo" y la otra mujer "se acercaba a ella, se agachaba y la remataba desde muy cerca".