El mundo del campo sigue denunciando los ataques de lobos que se producen a los explotaciones ganaderas de nuestra provincia. Según informa Asaja, ayer se produjo el último de los ataques sufridos por una explotación de ganado caprino ubicada en el término municipal de Brañosera. Este ataque es uno de tantos en esta ganadería que ha visto cómo su cabaña se ha reducido en unos cincuenta animales por el disfrute de los lobos de la zona, que campan a sus anchas como le gusta al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Concretamente el ataque tuvo lugar a las tres de la tarde, junto a la nave ganadera del titular de la explotación, situada a unos doscientos metros de las viviendas de la localidad de Brañosera, y en él mató a una cabra de cuatro años. Los continuos ataques son perpetrados por un lobo solitario y por una manada. Se están cebando con esta explotación, y con otras de la zona, y van alternando sus ataques para conseguir comida fácil.
Pero esto no quiere decir que la ganadería no intente protegerse, cuenta con varios perros mastines que están viendo tantos ataques que ya tienen el mismo miedo que las cabras y que su dueño, el cual se siente indefenso ante los continuos ataques y con unas leyes garantistas para los que le están creando un perjuicio pero nada garantistas para que él pueda mantener su negocio y su ilusión.
Además, se da la circunstancia de que estos animales pertenecen a la raza caprina blanca serrana, una raza catalogada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación como “raza autóctona en peligro de extinción”. Sólo hay dos explotaciones de este tipo en la mitad norte de España y el último censo publicado habla de unas 8.000 cabras en toda España, el daño a estas cabras es irreparable.
ASAJA solicitará sin dilación al consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el control poblacional de los lobos que están atacando despiadadamente ésta y otras ganaderías del entorno de Brañosera y le invita a conocer personalmente el sufrimiento que está pasando el ganadero de Brañosera, que ha invertido en su localidad pero ve que el lobo le va a terminar echando de la misma.