la Diócesis entrega este premio con el que reconoce la labor callada de todos aquellos fieles que dedican su tiempo a los pequeños servicios cotidianos en favor de la Iglesia y la sociedad. Con cariño, con generosidad, pasando desapercibidos, pero realizando una tarea eficaz y necesaria en el día a día de nuestras parroquias.
Desde muy pequeña "Teo", siempre ha colaborado con las labores de la iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora y de la ermita del Santísimo Cristo de la Expiración. Preocupada por el templo, pero también por sus vecinos, no ha dudado nunca en visitar a enfermos y personas mayores. La entrega de «el llamador», como se denomina al galardón, tendrá lugar el próximo domingo 29 de octubre a las 18 horas. Será en su pueblo, en Nava de la Asunción en la que es su segunda casa, la iglesia parroquial, tras un recital de música y lectura de textos de san Alfonso y santa Teresa de Jesús. El acto, muy sencillo al estilo del santo, pretende mostrar la realidad de una Iglesia acogedora y abierta a todos, que se nutre de la labor discreta y perseverante de personas como Teo que, en nuestros pueblos y barrios, salen diariamente al encuentro de los demás con la mayor entrega y total gratuidad.
Datos del premio San Alfonso Rodríguez
San Alfonso Rodríguez es conocido por ser el santo de lo cotidiano, alguien que podríamos denominar como nuestro «santo de la puerta de al lado». Nacido en el barrio de El Salvador de Segovia, pasó la segunda parte de su vida, desde los 40 años hasta más allá de los 80, sirviendo como portero del colegio jesuita de Monte Sión, en Palma de Mallorca. Dicen que cuando oía la campana de la puerta, acudía a ella diciendo «Ya voy, Señor», franqueando el paso a todos. Allí se santificó en los pequeños servicios, escuchando a todos, procurando que todo estuviera bien.