Agentes del Seprona de la Guardia Civil y agentes medioambientales del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León encontraron, a unos dos kilómetros de la presa del Río Eresma, en el término municipal de Bernardos, un cable acerado que se encontraba de lado a lado de la senda, fijado de un árbol a otro, y a unos 1,70 metros del suelo, con unas piedras atadas en los extremos, que hacían las veces de contrapeso y mantenían el cable tenso.El cable se encontraba en una senda transitada habitualmente por personas que practican deportes como senderismo, circulación con vehículos a motor, bicicletas, etc…
En los últimos años, a lo largo de la geografía española ha habido casos similares de "cables-asesinos", que en algunos casos han termninado con resultado de muerte. Algunos desaprensivos, colocan este tipo de cables en sendas transitadas por ciclistas a la altura de la cabeza de una persona para intentar causar el mayor daño posible. En 2015 murió un cilista en Cantabria por este motivo y dos personas fueron juzgados por homicidio imprudente.
Existía un peligro evidente, ya que la altura a la que estaba colocado el cable puede coincidir con el cuello de una persona que transite tanto a pie como en bicicleta, motocicleta, etc. El Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia ha abierto una línea de investigación y vigilan de forma permanente la zona en colaboración con los agentes medioambientales.
Se recuerda que este tipo de hechos pueden sertipificados como delitos contra la seguridad vial, y castigados con la pena de prisión hasta dos años, agravándose en caso de que se produzcan lesiones graves hasta cinco años de prisión.