La caída en la movilidad que ha provocado las restricciones durante la pandemia ha tenido efectos directos en la calidad del aire de Valladolid. La contaminación del aire ha caído un 36% en la ciudad durante este año, según se recoge en el informe ‘Efectos de la crisis de la COVID-19 sobre la calidad del aire urbano en España’ elaborado por Ecologistas en Acción. La reducción de dióxido de nitrógeno (NO2) es más notable durante el Estado de Alarma (14 de marzo a 21 de junio), bajando en Valladolid en un 50 por ciento respecto al mismo periodo de la última década.
Con el fin del primer estado de alarma y el inicio del verano, la reducción en la capital respecto a la media de los últimos diez años fue del 28 por ciento, la misma que en el conjunto de las ciudades estudiadas en este informe. Por último, de septiembre a octubre, esa caía fue del 24%.
Para evitar la vuelta a patrones de movilidad insostenibles, Ecologistas en Acción propone que en la nueva normalidad se establezcan y consoliden buenas prácticas como la compra de proximidad, el teletrabajo voluntario, la administración electrónica o el escalonamiento de horarios laborales. Además, debe potenciarse la movilidad activa peatonal y ciclista, cediendo más espacio para estos medios y estableciendo el límite de velocidad urbana en 30 kilómetros por hora, como primer paso hacia la implantación de una zona de bajas emisiones.