Las pensiones son sin duda el reto europeo de este siglo. Para visualizarlo, solo hay que fijarse en la evolución demográfica. Actualmente, por cada tres personas en edad de trabajar, hay un jubilado, es decir, poca población activa y muchas personas que tienen derecho a cobrar la pensión.
Nos lo cuenta nuestro divulgador económico, Iñaki Jiménez Largo.
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El 15% de la población europea son menores de 15 años, un 64% está en edad de trabajar y un 21% son jubilados. Además, cada año que pasa, la edad media de la Unión Europea va envejeciendo en un 0,25%. Por lo tanto, la responsabilidad sobre las personas que trabajan cada vez es mayor.
El envejecimiento en la Unión Europea en las próximas décadas es imparable, ya que cada vez habrá más personas con más de sesenta años cobrando una pensión. Lo confirman las cifras de natalidad de los diferentes países europeos, que cada vez son más bajas. Si a esto, le sumamos que la esperanza de vida cada vez es más alta, el resultado es que tendremos más futuros receptores del fondo de pensiones y, por lo tanto, un riesgo muy elevado en la sostenibilidad de las pensiones públicas.
¿Qué previsión de futuro hay?
Europa se enfrenta, además, a unas décadas complicadas con la llegada de la generación del “baby boom” que supondrá una subida exponencial en porcentaje de personas que tendrán derecho a esta prestación. Solo en los próximos 6 años se espera un aumento de la población.
Pero el problema es que la proporción de jubilados será de casi el 40%. De hecho, en la actualidad un 6,1% de las personas son mayores de 80 años y se espera que esta cifra aumente hasta el 14,6% el 2100. Unas cifras realmente espectaculares que afectarán no solo al sistema de pensiones sino también a los costes sanitarios.
¿Y en España qué pasa?
El peor país en cuanto a perspectiva sobre las pensiones es Portugal, que en 10 años ha incrementado su media de edad en 4,7, llegando a los 46,8 años. En segundo lugar, encontramos España, que en una década su media ha subido un 4,3, llegando a los 45 años, más del doble que la media de la Unión Europea. Sólo Suecia ha bajado su edad media, situándose en 40,7 años. El país más envejecido es Italia con 48 años y el más joven Chipre con 38 años.
¿Hay solución?
Existe un consenso social y político sobre la necesidad de garantizar un sistema público de pensiones. La caja de la Seguridad Social puede equilibrarse incentivando a la gente a que se jubile más tarde, aunque los trabajadores con tareas más físicas quizás no lo puedan hacer.
Otra posibilidad es penalizar a los que se jubilan antes, que actualmente lo hacen con condiciones muy buenas o bajar la pensión máxima, que se encuentra por encima de los 2.700 euros.
Por ahora, el gobierno de Pedro Sánchez ha creado el impuesto llamado ‘Mecanismo de equidad intergeneracional’. Un concepto que básicamente se traduce en el cobro de un pequeño porcentaje en las nóminas que se destina directamente a las pensiones.