Cien agentes que estarán de forma permanente en las calles de Barcelona y que modularán su presencia en función de los resultados que se obtengan.
El dispositivo se organizará en dos turnos de mañana y tarde ubicando a los agentes en las zonas más céntricas y turísticas de la ciudad, como Paseo de Gracia, Plaza Cataluña o Las Ramblas.
La estrategia a seguir será la intervención de saturación, es decir, que con la presión policial se intentará impedir que esta actividad ilegal pueda llevarse a cabo con normalidad.
Desde el Ayuntamiento de Barcelona dejan claro que el dispositivo será sine die, que no tendrá plazos de cuándo o cómo acabará y que no esperan milagros, pero esperan convencer tanto a manteros como a compradores de que esta actividad no es tolerable.