Junts pel Sí ha ofrecido a la CUP un gobierno de transición con un solo presidente y tres "comisiones de gobierno", una de ellas dirigida por un vicepresidente, que trabajarían de forma colegiada con el jefe del ejecutivo, que se sometería a una cuestión de confianza en 10 meses. En un comunicado, JxSí ha remarcado que en este gobierno el presidente de la Generalitat mantendría "sus atribuciones propias" y se nombraría un vicepresidente, que asumiría la comisión delegada de Economía, sin concretar nombres, aunque esta área recaería con toda probabilidad en el presidente de ERC, Oriol Junqueras.
Las otras dos comisiones de Govern serían las de Asuntos Institucionales y de Exteriores, que asumiría en un principio Raül Romeva (exICV), y la del Estado de Bienestar, que sería para Neus Munté (CDC). La propuesta es un nuevo intento para acercar a la CUP al acuerdo antes de la asamblea que la formación antisistema celebrará este domingo para debatir sobre la posibilidad de apoyar un gobierno de Artur Mas, el candidato de JxSí a la presidencia que los 'cuperos' ya han descartado investir en dos ocasiones.
La estructura presentada por JxSí profundiza en la propuesta que lanzó Mas en el segundo debate de investidura: una presidencia en sus manos pero con la dirección compartida con otras tres personas, que según fuentes de las negociaciones serían en principio Oriol Junqueras, Raül Romeva y Neus Munté. La propuesta dada a conocer incluye, como nuevos detalles, que habrá un vicepresidente y tres comisiones de gobierno, una estructura que JxSí ve "suficientemente fuerte para hacer frente a las embestidas del Estado" y que otorga "el equilibrio necesario para encarar la difícil gestión del día a día y el cumplimiento del mandato ciudadano" de llevar a cabo el "cambio de legalidad".
Según el comunicado, el presidente y el vicepresidente acordarán mecanismos de coordinación de las tres comisiones delegadas, con el fin de "reforzar este carácter de Govern de transición" Además, dada la "excepcionalidad del momento", al cabo de diez meses el presidente de la Generalitat se compromete a someterse a una cuestión de confianza, un mecanismo de control parlamentario que serviría para evaluar el cumplimiento de los compromisos acordados. Según la normativa, el presidente necesitaría una mayoría simple del Parlament para poder mantener el puesto, así que requeriría del voto favorable de la CUP si el resto de partidos de la oposición se oponen.
La alianza independentista ha asegurado que la voluntad es "construir una nueva legalidad" que permita, llegado el "momento acordado", sustituir el "actual marco autonómico obsoleto", y, en segundo lugar, poner en marcha el "proceso constituyente" que garantice que la ciudadanía "pilote" un proceso que "nunca quedará completo si no se ratifica vía sufragio popular". Y todo ello, indica el comunicado, sin "olvidar las urgencias sociales", actuando así en tres ámbitos que para Junts pel Sí son "indisociables" y están "en el mismo nivel".