En la operación, la Policía Nacional ha detenido a una persona y se ha imputado a otras once por presuntos delitos de estafa y falsedad documental.
Al parecer, el propietario de un taller mecánico de Lleida gestionaba los partes y estaba asociado con dos empleados de otras empresas para que la aseguradora asumiera un cargo superior al precio real.
Según la Policía los daños de los vehículos no eran consecuencia directa de accidentes, sino que habían sido grabados expresamente.
En total, la red dedicada a tramitar partes fraudulentos para engañar a la compañía aseguradora estafó 60.000 euros.