Cuenta la leyenda que Bernat Marcús consiguió su fortuna gracias a un ángel que se le aparecía por las noches. Pero esta no es la historia que Mónica Burkholz nos ha querido explicar hoy.
El cementerio de Marcús
Marcús era un reconocido ciudadano de la Barcelona del S.XII que con su fortuna hizo buenas obras como construir un hospital para pobres. Con ese dinero también compró un terreno de moreras situado muy cerca de Santa María del Mar.
Pues bien, el párroco de la Catedral del Mar le pidió a Bernat que le cediera ese terreno como cementerio, ya que la iglesia no tenía. Bernat accedió con una única condición: si en 15 días no se enterraba a nadie en esas tierras, volverían a él.
Pasaban los días y no moría nadie en la ciudad de Barcelona. Cuando Bernat se dispuso a ir a hablar con el sacerdote, empezó a encontrarse mal y cayó fulminado en sus propias tierras, convirtiéndose así en el primer habitante de su cementerio. Un cementerio que, por cierto, ahora conocemos como ‘El Fossar de les Moreres'.
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