Los socorristas de las playas de Barcelona superan con creces los límites de exposición a los rayos UVA recomendables. Esta es la principal conclusión a la que llega un estudio elaborado por especialistas del servicio de dermatología del Hospital Clínic de Barcelona y el instituto IDIBAPS.
Ya se está actuando
Tal y como ha recordado la doctora Susanna Puig, jefa del servicio de Dermatología y miembro del grupo Melanoma del IDIBAPS, en 'La Ciutat', "este estudio lo hemos presentado recientemente pero lo hicimos hace ya algún tiempo, y ha servido para que ya haya habido cambios, por ejemplo, en las sillas en las que pasan la mayoría de su jornada laboral los socorristas. Ahora no son sillas con parasol sino cabinas con ventanas fotoprotectoras. En el momento del estudio se confirmó que se sobrepasaba en 400 veces los límites de exposición a los rayos UVA. Ahora es bastante menos gracias a este tipo de mejoras".
El estudio dejó una radiografía muy negativa de la situación de los socorristas, ya que, como explica Puig, "cuando hicimos el análisis a los socorristas para comprobar el estado de su piel comprobamos que en la mayoría de los casos la piel estaba muy envejecida, e incluso en otros casos diagnosticamos algún cáncer de piel".
Riesgos con matices
Según comentaba Susanna Puig, "hicimos el estudio en playas de Barcelona, pero esta situación puede producirse en el resto de Catalunya, aunque con ciertos matices. Nosotros el estudio lo hicimos en playas que podían tener una orientación más complicada en cuanto al sol, pero cada playa depende de la orientación que tenga a la hora de haber más o menos riesgo a la exposición. Sea como sea, riesgo siempre hay".
Puig también comenta que el tipo de piel hace que "el sol afecte más o menos. La piel más oscura tiene más capacidad para resistir el impacto de los rayos UVA, mientras que cuanto más clara más frágil. Ahora, esto no quiere decir que quien tenga la piel más oscura de por sí no tiene que protegerse, sea como sea la piel la exposición a los rayos UVA es la misma".
Susanna Puig ha dado un detalle sorprendente, y es que contrariamente a lo que se pueda pensar, "el momento en el que la radiación es más alta suele ser en los meses de mayo y junio, no en julio o agosto como se puede pensar. Y es que los rayos UVA y el calor no tienen nada que ver. Puede hacer un día de menos calor y con sol igualmente, y que los rayos UVA que recibimos sean más potentes que un día de agosto con mucho calor".
Trabajos al aire libre
Este estudio ha analizado la realidad de los socorristas, que pasan muchas horas al día expuestos al sol, pero hay otros colectivos, como agricultores, pescadores u obreros, que también están expuestos a los rayos solares durante mucho tiempo a lo largo de su jornada laboral: "Estamos analizando todos estos colectivos que también tienen mucha exposición al sol para ver qué impacto tienen realmente. Quizás los trabajadores de la obra tienen más regulación en cuanto a horarios, pero es sobre todo por el calor, y hay que estudiar bien el impacto de los rayos UVA". A la hora de pensar en medidas para reducir este impacto, Puig deja claro que "los que nos dedicamos al sector sanitario no podemos entrar en si una reducción de jornada sería una buena solución, pero sí que recomendamos que es conveniente tomar todas las precauciones posibles para evitar riesgos laborales, porque tenemos que recordar que son riesgos en la salud que se sufren durante una jornada laboral", concluye Puig.