Una de las medidas que se aplicó para paliar los efectos de la crisis económica fue la de abaratar los precios de los medicamentos. Una política ideada, según los farmacéuticos, para reducir el gasto de las administraciones en la compra de fármacos. En este sentido, los profesionales indican que este movimiento habría supuesto un 40% del ahorro total de los recortes.
El problema, según Antoni Torres, presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Catalunya, es que aún les persigue hoy en día. De hecho, asegura que cada año reducen los precios de los medicamentos una o dos veces, de forma sistemática.
Por ejemplo, la Furosemida, un medicamento recetado para la hipertensión, vale 1'70 euros la caja de 30 comprimidos... Si tenemos en cuenta que Europa no es fabricante de estos fármacos, el problema es todavía más preocupante. Y es que a los laboratorios fabricantes no les sale rentable comercializar los fármacos con países como España ya que el margen de beneficio es mínimo.
Según los profesionales, los precios de los fármacos en España son casi 10 veces más baratos si los comparamos con la mayoría de países europeos. Un problema que, sumado al exceso de demanda de un producto debido a un brote de una enfermedad, provoca un desabastecimiento de fármacos en España que se ha cronificado.