La ciudad de Girona cerrará las duchas de las piscinas y los equipamientos deportivos municipales y solo las abrirá después de los partidos.
La medida, que se ha adoptado en el marco del comité de sequía, se aplicará la semana que viene, más concretamente a partir del día 22 de enero. Esto supondrá que tanto los equipos de deportes de base como los profesionales no puedan ducharse después de los entrenamientos.
En el caso de las piscinas, aunque se cerrará el agua de los vestuarios, se mantendrán abiertas las duchas de playa para poder sacar el cloro.
Girona lucha contra la emergencia climática
El alcalde, Lluc Salellas, asegura que la medida se ha adoptado "por pedagogía" y, en referencia en la entrada en emergencia, ha criticado que se quiera crear un debate que ha calificado de perverso entre ecología y el agua de boca por el caudal ecológico del Ter cuando hace tiempo que "no se cumple".
“Queremos que Girona lidere la lucha contra la emergencia climática y tomamos estas medidas por responsabilidad. Hace tres años que no llueve con normalidad y no está previsto que lo haga próximamente y por eso es necesario ser proactivos para garantizar que las generaciones futuras sigan disfrutando de un bien básico como es el de la agua”, ha afirmado el alcalde.