La imagen que se tiene sobre la figura de un juez o una jueza siempre ha sido la de una figura fría que se mantiene al margen de cualquier situación y sólo se limita a dictar sentencias sin tener un mínimo de empatía. Y en muchos casos sigue siendo así, aunque hay excepciones.
Pionera en empatía
Es el caso de Isabel Jiménez, jueza de familia sustituta en los Juzgados de Barcelona. Jiménez fue noticia hace unas semanas al dictar una sentencia que prohibía a un hombre denunciado por violencia de género tener cualquier contacto con su hija. También dirigió una carta a la niña, donde le hizo saber que estaría protegida, que no volvería a ver al hombre al que ella no llamaba 'papá' sino 'el hombre que casi mata a mi madre'. Más allá de la propia sentencia, Jiménez ha sido noticia por mostrar esta empatía tan necesaria en los casos de violencia de género y vicaria y que tan poco habitual es entre los jueces.
En palabras a 'La Ciutat', la magistrada descarta atribuirse nada excepcional porque "lo que he hecho es, precisamente, aplicar la ley", ya que recuerda que "hay instrumentos para tomar iniciativas como esta, pero a veces hay que pensar con perspectiva de género. La ley realmente defiende a la mujer y a la infancia, y también la normativa internacional dice que se puede legislar con perspectiva de género. Se ha hablado de iniciativa pionera pero porque no es habitual ver a un juez o una jueza de familia hacer esto, pero realmente tenemos las herramientas para hacerlo y hay jueces que sí tienen en cuenta la perspectiva de género".
Especial sensibilidad
La de género y la vicaria son dos tipos de violencia que necesitan especial atención, ya que al fin y al cabo derivan del machismo e implican un especial impacto en los más pequeños. Por esta razón, Jiménez apunta que "se trata de una situación muy grave porque no sólo la madre sufre violencia, el hijo o hija también la sufre, sea física o no. La violencia vicaria no se defiende cuando un padre mata a un hijo, sino cuando lo maltrata". En este sentido, Jiménez recuerda que es necesario tener en cuenta el futuro cuando se dicta una sentencia, ya que "desde los juzgados se protege, pero hay que tener en cuenta que muchos casos acaban en absoluciones o sobreseimientos por falta de pruebas, y ese momento es muy peligroso, porque si se levantan medidas de protección en una pareja puede haber riesgo de violencia vicaria. Las violencias de género y vicaria se producen cada día, no sólo en el momento puntual de una agresión".
Cambio necesario
Jiménez defiende que los jueces tienen estas herramientas a su alcance, por eso considera que "tenemos que dar el paso de decirles a los niños que les creemos, que hay herramientas para defenderles y que son valientes al contar lo que cuentan. Son niños que han sufrido violencia, están atemorizados. Esta es una manera de darles la confianza que necesitan para contar una experiencia dura, porque muchos de ellos se piensan que no les cree nadie", explica Jiménez.
Jiménez cree que en España falta dar más pasos adelante: "El convenio de Estambul dice que en cualquier caso como este hay que tener en cuenta los antecedentes. En España se están poniendo las pilas con una modificación de ley que está en curso, pero por ejemplo no tenemos un Juzgado de la Infancia que atienda exclusivamente casos de violencia de género e infantil, y hace ya dos años que el gobierno se comprometió a crearlos, tendrían que estar funcionando desde hace dos años y ni existe. También falta formación en perspectiva de género en todos los elementos que intervienen en un proceso judicial, por ejemplo en la figura del procurador, que es quien acompaña a la persona a comparecer a un juicio. Un juzgado y un juicio imponen mucho, y si eres víctima y especialmente en un caso de violencia de género o infantil esta figura es más necesaria que nunca. Ellos y ellas también tienen que estar preparados y formados para desempeñar esta tarea".
Algo que Jiménez también ve importante es "la reparación del dolor. Tiene que haber profesionales que acompañen a una víctima de forma continuada para que pueda reparar el dolor o superar un trauma. Con los profesionales que hay tendría que haber equipos de psicólogos o profesionales que puedan atender a estas personas que han pasado por momentos muy duros, traumáticos, y que necesitan atención".