España va camino de aprobar una nueva Ley Antitabaco, que contempla añadir nuevas restricciones respecto al consumo de tabaco, que sigue siendo un gran problema en el país. Restricciones como la prohibición de fumar en las terrazas llegan para mejorar la situación, para reducir la cifra de fumadores y para proteger a los que no lo son y ven su salud perjudicada de manera pasiva. Para analizar toda la situación, en la tertúlia de 'La Ciutat' hemos contado con Marta Chuecos, enfermera familiar y experta en tabaquismo y miembro de la Societat Catalana d'Atenció i Tractament del Tabac (SCaTT), y con Josep Maria Suelves, Jefe del Servicio de Prevención y Control del Tabaquismo de l'Agència de Salut Pública de Catalunya y miembro del grupo de trabajo Conductes Addictives del Col·legi de Psicologia de Catalunya.
Leyes necesarias
Sobre estos proyectos de ley que tienen que entrar en vigor en España en un futuro, Suelves confirma que "no podemos ver de otra manera estos proyectos de ley que no sea de manera positiva. Aún tenemos que ver qué puntos va a tener, qué tipo de restricciones, pero todo lo que sea mejorar es positivo, y esto supone un avance". Chuecos coincide con su compañero y añade que "en su día, a principios de siglo y en 2012 se aprobaron leyes que realmente han ido muy bien a la hora de reducir el número de fumadores, así que estamos a la espera de lo que nos pueda aportar esta nueva ley".
Ambos coinciden también en que, cuanto más dura sea la normativa, mejor: "Las normas han tenido y tienen un impacto favorable en la sociedad cuando nos referimos al consumo de tabaco. Antes se podía fumar en todos los sitios que se quisiera, y gracias a la aplicación de las últimas normativas, el número de fumadores se ha reducido muchísimo. Esto demuestra que tenemos que aplicar nuevas normas como por ejemplo encarecer el tabaco. En otros países es mucho más caro, aquí por unos cinco euros tienes un paquete, parece una invitación a fumar. Precio aparte, sería también positiva la implantación del paquete neutro, ese paquete que no lleva ni la marca del tabaco, totalmente negro o blanco y con mensajes de concienciación" explica Suelves, mientras que Chuecos añade que "la normativa de principios de siglo XXI fue muy bien pero hay que seguir adaptándose a los nuevos tiempos, porque por ejemplo ahora muchos jóvenes empiezan a fumar porque ven que lo hacen influencers, bloggers o youtubers".
Tratarse, clave
Hay quien tiene dudas sobre iniciar un tratamiento por miedo al estigma, a que no sirva o a perder el tiempo, pero tanto Suelves como Chuecas coinciden en recordar que "en países como España contamos con recursos para llevar a cabo tratamientos muy efectivos. Contamos con los profesionales y los recursos para ayudar a la gente a dejar el tabaco, que es muy complicado porque se trata de una adicción que se suele mantener durante muchos años, y además a la persona que deja de fumar le entra el miedo de si los primeros días serán duros e incluso se encontrará mal. Todos estos miedos no lo son tanto cuando te ayuda un profesional, y afortunadamente en España contamos con los medios" explica Suelves.
Chuecas lo apoya dejando claro que "el tratamiento es conductual, se refiere a la conducta de una persona, lo que hace que sea clave la motivación de la persona en cuestión a la hora de dejarlo. La motivación es el motor del cambio, si dejas de fumar tienes que hacerlo desde la convicción y la motivación".
Sobre normativas como la que acaba de aprobar Reino Unido, con la prohibición de vender tabaco a los jóvenes nacidos más allá del 2009, Suelves cree que "Reino Unido ha hecho algo excepcional, algo que aquí ni se contempla, pero lo ha podido hacer porque ya lleva mucho tiempo aplicando ciertas normas que controlan el consumo de tabaco, como lo que comentábamos del precio de las cajetillas. La motivación es muy importante a la hora de dejar de fumar, pero el dar información y concienciar a las personas del daño que provoca el fumar es tanto o más importante".
Fumadores pasivos
El tabaco también tiene víctimas que no lo consumen: los fumadores pasivos. Las personas que no fuman pero que, de un modo u otro, aspiran humo de tabaco, "necesitan ser protegidas" apunta Chuecas. "Especialmente en la infancia, estar rodeado de fumadores es muy nocivo. Vivir aspirando humo desde bien pequeño es muy perjudicial y además el porcentaje de que ese niño o niña que vive en un entorno así tiene muchas posibilidades de ser fumador en un futuro".
"Planteamos el tabaquismo como un negocio de estado en el que estamos todos implicados, porque la indústria del tabaco genera mucho dinero, pero el precio a pagar es mucho mayor. Por cada euro que ganamos con el tabaquismo perdemos tres en solucionarlo, entre tratamientos y demás despesas sanitarias" concluye Suelves.