Es lo que tiene vivir una situación convulsa en un club como el Fútbol Club Barcelona. En los últimos tiempos nos estamos acostumbrando a que, mercado tras mercado, y ventana de fichajes tras ventana de fichajes el Barcelona se convierta en el gran protagonista de todas las situaciones y lo que es peor haciendo los deberes a última hora en el último momento.
La precaria situación económica de la entidad obliga a tomar medidas de urgencia soluciones drásticas y buscar oportunidades de mercado muy lejos de aquella situación de previsión y de categoría de los futbolistas donde para llegar al Barcelona había que tener un mínimo exigible. Todo eso ha cambiado y ha cambiado mucho para peor.
Cuando acudes al mercado a la desesperada normalmente tienes mayores riesgos de equivocarte y además no es una ver grandes oportunidades en el mercado.
Y en esas está hasta última hora, hasta el último momento y a la desesperada el Barcelona intentando confeccionar una plantilla a la altura de las expectativas y las necesidades de su entrenador Xavi Hernández.
La no continuidad de Ousmane Dembélé es fundamental para la viabilidad económica del equipo y para los refuerzos que llegan y es triste ver como el Barcelona está pendiente simplemente de un jugador díscolo que nunca se adaptó y que ha generado muchísimos más problemas que las ventajas que su fichaje podía haber traído. Dembélé tiene la sartén por el mango y no da la sensación de que vaya ayudar en demasía el daño ya está hecho incluso por la imagen del club pero en cualquier caso habrá que esperar hasta el último momento para ver si se desencalle a la situación y el Barcelona sale cuando menos relativamente reforzado de esta ventana de fichajes.
La opción de traer futbolistas como Aubameyang, antaño un grandísimo delantero y que podría aportar experiencia y calidad, taparía un poco el pequeño agujero que generaría la ausencia de Dembélé y junto con el resto de incorporaciones harían que el plantel con el que disputaría la recta final del campeonato el Barcelona tuviera cuando menos visos de mejorar lo que ha hecho hasta ahora y ya acercarse a los objetivos de mínimos que existen de aquí al mes de junio como es por supuestísimo meterse entre los cuatro primeros clasificados en la liga para luchar la temporada que viene en la liga de campeones.
Todo esto en el argot que se utiliza actualmente en el Barcelona es lo que hay la precaria situación económica obliga a ingeniería financiera imaginativa y a situaciones casi casi rocambolescas del Barcelona que conocimos. A las 12:00 de la noche vamos a ver qué es lo que ocurre y si el balance final ha sido lo suficientemente satisfactorio como para ilusionar algo a la parroquia Azulgrana, que buena falta le hace.
