En la calle Diputació de Barcelona hay, desde el pasado mes de octubre, un nuevo museo. Museos hay de todos los tipos, gustos y temáticas: De chocolate, de erotismo y sensualidad, de música, del turrón, museos de percepción, del terror, de antiguedades... Pero éste es diferente. De hecho es un museu único en el mundo que, además, no debería de existir: Se trata del Museu de l'Art Prohibit (Museo del Arte Prohibido).
La censura en todas sus vertientes
Este museo, que exhibe la colección de un gran empresario catalán Tatxo Benet, expone un total de 42 obras que forman parte de una colección de 300 que tienen en común que han sido censuradas a lo largo de la historia. Situado en un edificio de viviendas clásico del barrio de l'Eixample barcelonés, el 'Museu de l'Art Prohibit' nos permite contemplar y disfrutar muchas de las obras que han sido canceladas por ofender los sentimientos religiosos, por reivindicar la sexualidad y hacerlo de forma explícita o simplemente porque no han gustado por su mensaje. En él puedes encontrar obras nacionales, como por ejemplo el 'Franco en la nevera' sobre el que cayó la censura en la feria ARCO, como también obras internacionales. Más allá de artistas de renombre como Klimt, Goya, Picasso o Warhol, y tal y como aseguraba en 'La Ciutat' su responsable de contenidos Silvia Penela, "la fuerza de este museo, más allá de la historia y la particularidad de cada obra, es la fuerza que tiene el conjunto de obras de toda la exposición. Si tú miras en conjunto todas estas obras quizás no te parece tan ofensivo, porque lo que se trata es de explicar la historia de la censura. Aquí encuentras de todo, escultura, estructuras, pintura, láminas, fotografía, arte conceptual, video-arte... ningún formato ha escapado de la censura a lo largo de la historia".
Un museo que llega para quedarse
Al visitar un museo donde se exponen obras censuradas uno se pregunta si tienen la certeza de que nunca le afectará la censura. Responde Penela: "Evidentmente siempre hay el riesgo de que venga alguien y te cierre el museo, ya hemos visto en España casos, y muy recientes, de censura, así que claro que es posible. Pero lo que nosotros queremos es exponer un conjunto de obras con un mensaje". Añade que "claro que hemos planteado el museo como algo permanente, ha llegado para quedarse aunque esta amenaza de la censura siga presente. Supone una visita por la historia de la censura a través de muchas obras de todos los formatos posibles. El mensaje lo tiene que entender el visitante como considere, nosotros exponemos y el visitante dispone e interpreta".