Nueve investigadoras catalanas de distintas edades y disciplinas se embarcarán en los próximos días en una misión en la estación Mars Research Desert Station. Se trata de una instalación ubicada en el desierto de Utah, en los Estados unidos, que recrea las condiciones en las que se desarrollaría un viaje tripulado a Marte: es un paisaje rico en material ferroso, con grandes oscilaciones de temperatura y baja humedad.
Las integrantes de la expedición, llamada Hypatia I, convivirán del 16 al 29 de abril en condiciones de aislamiento para simular el día a día en el planeta rojo. Por ejemplo, se alimentarán con productos deshidratados, tendrán un tanque de agua potable limitado y también se racionalizará la comunicación con la Tierra.
Además, tal y como explica la bióloga Carla Conejo, deberán seguir un protocolo para salir al exterior: "Esta base es un lugar cerrado, en el que para salir tendremos que simular que tenemos una atmósfera no respirable y unas condiciones de radiación muy diferentes a las de la Tierra. Por tanto, realizaremos unos protocolos de salida que tendrán como protagonistas unos trajes de astronauta y una escafandra".
Uno de los objetivos principales es impulsar investigaciones para las futuras misiones a Marte, pero también dar visibilidad a las mujeres en la ciencia y contribuir a cambiar la narrativa en la exploración espacial, hasta ahora acaparada por los hombres.
"Todavía queda mucho camino por recorrer, pero poco a poco vamos progresando. Parte de este progreso es entender que el sueño de ir al espacio no tiene género y debería ser un espacio compartido por todos", ha reivindicado Mariona Badenas, astrónoma y comandante de la expedición, que también ha recordado que en ámbito aeroespacial solo el 20% de los investigadores son mujeres.
La misión, que tiene un coste de 50.000 euros, se llama Hypatia I por dos motivos: hace referencia a la célebre astrónoma y matemática de Alejandría y quiere ser la primera de muchas misiones. De hecho, para el 2025, está prevista una segunda expedición.