El favoritismo del Madrid y su gran suerte se convirtió el sábado en la 15 liga de Canpeones. Se dice pronto. Una barbaridad.
El triunfo en Wembley rúbrica y redondea una gran temporada Del Real Madrid. Liga con solvencia y suficiencia y otra Champions más. Evidentemente marca más diferencia con respecto a la campaña finalizada por el Barcelona. Temporada sin títulos para el equipo de Joan Laporta y Xavi. Ese perder tendrá consecuencias debe verse reflejado con el resultado final de la temporada.
El Madrid ha competido perfectamente a lo largo de la temporada e incluso se ha sobrepuesto y ha superado largas y graves lesiones de jugadores como Alaba, Militao y Courtois. Ha sido un equipo muy regular y al que también es cierto, en algunos momentos de la temporada les ha sonreído la Diosa fortuna, aunque la suerte también hay que buscarla. El Madrid ha demostarado esta temporada que no se rinde nunca, que nunca hay que darle por muerto y que cuando crees que le tienes derrotado resurge y te mata a ti.
La sensación es la de que el Madrid ha armado un bloque tremendamente competitivo y que convierte si cabe en mayor el desafío futuro para el Barcelona. Es su alter ego. Su eterno rival y cuanto más poderoso sea más te exigirá a ti. Además con la llegada de Mbappé corre el riesgo de vivir unas temporadas muy difíciles para competirle de igual a igual. El panorama no es muy alentador, al menos a día de hoy.
Ha sido una temporada muy mala, de pesadilllas para los barcelonistas, con dimisiones aplazadas, con vueltas atrás para la continuidad del entrenador, con destituciones posteriores demostrando un desconcierto institucional y una falta clara de proyecto definido. La imagen de la institución ha salido tremendamente dañada en los últimos tiempos.
El Madrid contrariamente parece tener un libro de ruta bastante claro y definido, un proyecto cimentado en una base muy sólida y con un futuro bastante más halagüeño que el que parece que le espera al Barcelona, pero esto no es matemática y muchas veces, cuando menos se espera , salta la liebre. Y sino que se lo digan al PSG de los grandes, Messi, Mbappé y Neymar que parecía que se lo iba a llevar todo de calle y sucumbió claramente en Europa. Para el Barcelona Año para olvidar.
