Gavi y su nueva pandilla de amigos se divierten en el césped. Son una nueva hornada de jóvenes talentos que deslumbran y empiezan a esbozar una calidad y una proyección futbolística difícil de describir aún.
El nuevo Barcelona de los niños al menos genera una ilusión que el equipo apagado de meses pasados. El empuje, las ganas y la garra que demuestran estos chicos, ejemplificados en Gavi es mucho mayor que el que hacían los pesos pesados del vestuario.
Es verdad que el labrado triunfo del sábado fue ante el Elche, uno de los equipos más modestos de la categoría y que entregó la primera parte por completo al Barcelona. Pero es la actitud de los jugadores desde el primer minuto, la entrega y la ilusión con la que luchan y compiten cada balón lo que les hace ser objeto del aplauso de la grada. Los aficionados que acudieron el sábado al Estadi, en torno a 40 000 al menos disfrutaron de eso y creo que dieron por satisfechos con lo que habían visto a lo largo de los noventa minutos. Fue mucho más que varios partidos anteriores con otras vacas sagradas.
Y lo de Gavi empieza a no ser normal. Un jugador que no es ni mayor de edad, con solo 17 años y que hizo una actuación absolutamente deslumbrante. Va para gran futbolista y por muchos muchos años. Es un prodigio y lee el fútbol maravillosamente bien. El es el nuevo líder de este Barcelona, si, con solo 17 años ,es capaz de echarse a la espalda el resto de un equipo plagado de teóricas estrellas.
Cuando el partido se volvió a torcer volvió a surgir el menudito sevillano y asistió tras una gran jugada a su amigo de la pandilla Nico para que hiciera el tanto de la victoria.
Luchan , corren , se entregan, y lo que es también importante se divierten y divierten a la gente que ve como les cuesta ganar cada partido.
Esta era la nueva era que anunció Xavi. El sábado ya atisbamos muchos detalles de este nuevo equipo en el que de momento Frankie de Jong no es importante. Esa es otra de las misiones importantísimas que debe asumir el nuevo técnico. Recuperar para la causa el enorme talento que atesora el tulipán holandés. Está descentrado, desubicado y no entiende muy bien los sistemas actuales pero potencial tiene para dar y tomar.
Sobre estas piedras se puede cimentar un nuevo y gran Barcelona. Pero se necesita hacerlo sobre resultados. Ganando . Y de momento se ha cogido aire. Presente no hay mucho pero lo que es futuro, este Barcelona lo tiene todo.
