En realidad son dos casos distintos pero que tienen ciertos paralelismos.
Comencemos por el uruguayo Araujo, un joven central con una planta impresionante que llegó con un coste muy bajo al Fútbol Club Barcelona y que hay ido progresando considerablemente en los últimos tiempos hasta convertirse en todo un líder de la defensa, en un gran complemento de Piquè y en uno de los centrales que anhela la mayoría de los grandes clubes del fútbol europeo. Su valor de mercado es importante.
Si el Barcelona tuviera que buscarle fuera de casa a buen seguro que estaría obligado a pagar una cifra cercana a los 60 millones de euros.
Pero no solo eso cuenta con el factor añadido de que ya se aclimatado perfectamente al sistema de juego del Barcelona algo que no es tan fácil y ha confirmado que aguanta perfectamente la presión de jugar en el Camp Nou y en un club tan grande como el Barcelona.
Hasta ahora Araujo ha sido uno de los jugadores con ficha más baja en la plantilla ha sido titular indiscutible cobrando menos de 1 millón de euros en comparación con jugadores que están en el banquillo y que multiplican casi por 10 su salario.
Es de justicia por tanto hacer un esfuerzo para compensarle el rendimiento que ha tenido hasta el momento y el futuro. Pero sin volverse locos.
Si las ofertas del fútbol británico triplica en la del Barcelona es casi un caso perdido pero con buena voluntad de ambas partes podrían acercarse a las posturas y evitar tener que buscar fuera otra vez un jugador en un puesto que siempre ha creado muchos problemas al Barcelona.
Otro tanto ocurre con Gavi . el futbolista ha dado un rendimiento extraordinario y encima con su edad te garantiza una enorme progresión y un rendimiento durante muchísimos años. Gavi también tiene una ficha baja, muy baja.
Y también tiene ofertas de muchos equipos del fútbol europeo que pagarían encantados los 50 millones de euros que tiene su cláusula de rescisión.
Gavi se merece una mejora porque tampoco es fácil encontrar futbolistas de este perfil y que pueden formar la base de un futuro Barcelona ganador.
Además de todo ello existe el agravante de que los nuevos fichajes que están llegando con la carta de libertad como Christensen o Kessie, lo hacen cobrando una ficha que a los otros se les niega, simplemente porque unos vienen de fuera y otros ya están en casa. No parece justo. Y ese debería ser el baremo para medir las ofertas que se realizan a unos y otros jugadores.
Es evidente que tienes que tratar de seducir a los que llegan desde fuera pero también valorar lo que se ha hecho en los de casa para intentar mantenerlos. El equilibrio no es fácil pero desde luego yo preferiría premiar a los que han rendido que bonificar a los que tienen que venir y que todavía no han hecho nada para el Barcelona.
