La Fundación Española de la Tartamudez basa su razón de ser en la idea que las personas que tartamudean, como cualquier otra persona, tienen su sitio en la sociedad y deben desarrollarse con la seguridad de que pueden prosperar e integrarse totalmente en ella, aceptando la diversidad de criterio, la ética y el respeto.
De hecho, en España hay actualmente 467 mil personas que tartamudean, mientras que en el mundo esa cifra se incrementa hasta los 72 millones. Unos datos que, sin duda, demuestran que esta característica es mucho más habitual de lo que muchos imaginan.
El presidente de la Fundación Española de la Tartamudez, Adolfo Sánchez, ha explicado que hasta el año 2005, en nuestro país, la tartamudez era un motivo de exclusión laboral en el ámbito público y que “en Cataluña esta condición se mantiene, por eso vamos a presentar un recurso a la Generalitat” ha anunciado Sánchez.
“El 90% de las personas que tartamudean tienen un coeficiente de inteligencia muy superior a las personas que hablan bien”, según Adolfo Sánchez, que ha puesto como ejemplo que el pasado mes de setiembre salió de la Academia Militar General, el primer teniente oficial del Ejército con tartamudez, número 1 de su promoción.
Albert Einstein, Marilyn Monroe, Jorge VI del Reino Unido o el actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, tartamudean. “Es una peculiaridad más, como la persona que es calva”.
En este sentido, la divulgación es clave para que exista más empatía en la sociedad. Por eso, es importante que cuando hablemos con una persona que tartamudea, la tratemos en todo momento exactamente igual que otras personas, evitemos comentarios como “habla más despacio o “no te pongas nervioso”, utilicemos un ritmo pausado o intentemos transmitir a la persona que lo importante es lo que dice y no cómo lo dice.
Por otro lado, Adolfo Sánchez ha destacado la discriminación que existe en los niños con tartamudez, especialmente en el ámbito escolar e incluso en el pediátrico: “Es el peligro número uno porque muchas veces estos profesionales dicen a los padres que no se preocupen, que el niño o niña ya aprenderá a hablar y no distinguen la tartamudez” y “la detección temprana o precoz es vital” ha asegurado Sánchez. “Debemos buscar la F de felicidad y con ella vendrá la F de fluidez en el habla”.
Desde la Fundación Española de Tartamudez disponen de guías para padres, profesores o pediatras para que todo el mundo sepa actuar ante la tartamudez. Porque sin duda es un problema real, causante de muchos problemas de salud mental por culpa de la ignorancia y el desconocimiento que existe en nuestra sociedad.