Es inconcebible que una plantilla profesional como la del Barcelona saque del centro del campo y se despiste de tal manera que a los 17 segundos ya había encajado el primer gol. Por más genial que pueda hacer la acción de ataque el equipo rival, fue un cúmulo de despropósitos terminando por una decepcionante actuación del portero alemán Ter Stegen. Lo que había sido siempre un sello de identidad del Barcelona, de Xavi y de la temporada pasada basado en una grandísima defensa, se ha convertido este año en un equipo muy irregular, que concede muchísimas oportunidades y que da facilidades al rival para ponerse los marcadores en franquía.
El Barcelona en ataque está generando oportunidades suficientes como para ganar los partidos si no con solvencia, si cuanto menos con relativa claridad y sin tener que apurar al máximo.
El problema el Barcelona lo tiene atrás, en defensa, donde antes era inexpugnable y ahora se ha convertido en un equipo fallón y vulnerable. Salvo Araujo, que es un auténtico valladar, Koundé y Cancelo conceden demasiadas opciones a los rivales y penaliza mucho a lo largo de los partidos.
La ausencia de cuatro titulares indiscutibles y sobre todo de jugadores definitorios en mediocampo y en el ataque, pueden justificar la falta de fluidez, pero es que ni siquiera fue ese el principal problema, pues el Barcelona generó oportunidades suficientes como para haber ganado el partido y solo la mala fortuna y algunas decisiones arbitrales al límite impidieron que lo consiguiera.
El problema está en la defensa, claro que defienden todos y atacan todos, pero cometen errores muy graves que están penalizando mucho el equipo y que no son propios de centrales titulares del fútbol club Barcelona.
Noche a idea además con las lesiones de Koundé y lamine, aunque parece que podrían quedarse menos, pero alargan la sensación negativa del partido disputado en Granada, donde el Barcelona se descolgó de la tabla clasificatoria: más con respecto al Real Madrid.
No ha sido un buen fin de semana este para el Barcelona y quizás por eso sea bueno que ahora llegue un parón de selecciones y dos semanas para resetear, volver a la casilla de salida y tratar de analizar lo mal que se ha hecho en este primer tercio del campeonato en el que el Barcelona está por debajo de las expectativas en el juego de resultados.
Es cierto que aún no ha perdido ningún partido, pero tampoco ha enamorado encandilado excepción hecha de la doble goleada por 50 ante el Amberes y el Betis en una semana aislada.
Eso si entre tanto tinte negativo, nos tenemos que quedar con el histórico récord, conseguido por lamine Yamal con apenas 16 años y 87 días de ser el joven goleador de toda la historia de la liga española. Más por el dato puntual que ya es significativo, por lo que anuncia y atisba, por lo que promete y se presupone, una trayectoria y una carrera absolutamente impredecible, pero tremendamente prometedora.
