La victoria salva, momentáneamente las deficiencias y carencias en el juego, da tiempo al equipo a seguir creciendo pero advierte que al equipo aún le falta regularidad, continuidad y más recursos para superar a las defensas rivales cuando estas se encierran demasiado.
Es verdad que este mes de enero, además postminimalista, está siendo muy exigente y se está demostrando en casi todos los equipos, pero el de ayer era un partido ante un rival, el Getafe, que aunque incómodo llegaba sumido en un mar de dudas, era un choque por tanto para solventar con cierta holgura y así afrontar los próximos e importantísimos partidos reforzados.
El equipo estuvo muy plano en líneas generales y de lo más positivo fue, una vez más, el inconmensurable Ter Stegen. Salvó todas las acciones que le llegaron y eso que alguna era de máxima dificultad. El alemán está atravesando su mejor momento de forma en el Barcelona de mucho tiempo y es una gran noticia para el futuro, su enorme confianza.
En defensa me gustó Koundé, y el tiempo que jugó Alejandro Balde, un futbolista con unas cualidades extraordinarias. Y poco más. Ansu sigue desubicado y sin ángel, Raphinha intrascendente y Dembele fallón. Al que por cierto, perdonaron la expulsión. El medio campo tampoco supo gobernar el Partido y el equipo lo acusó. También puede argumentarse favor del Barcelona que le faltaban dos piezas de la importancia de Frenckie de Jong y sobre todo de Robert Lewandowski, jugador fundamental y en especial en este tipo de partidos para abrir la lata.
Lo mejor es que una semana más el Barcelona sigue líder y algunos de sus rivales están ya a una distancia muy significativa.
Mejor pasar pagina y pensar en lo más importante de la semana, un choque con una pinta extraordinaria. El duelo del Miércoles ante el equipo más en forma del fútbol español, la Real Sociedad donde habrá de elevar el nivel de juego si quiere llegar a semifinales de la Copa del Rey.
