Hoy martes 10 de septiembre se celebra el Día Internacional para la Prevención del Suicidio y la realidad sigue dejando claro que aún se necesita mucha concienciación y, sobretodo, mucho trabajo de prevención. Los estudios publicados recientemente arrojan datos muy preocupantes: el año pasado 626 personas se suicidaron en Catalunya, lo que deja una media de 1.7 suicidios al día. Además, entre otros datos, más de 2.000 chicas jovenes intentaron suicidarse en 2023.
'La xarxa invisible'
Para reflejar esta realidad aún muy presente y sobre todo concienciar y prevenir, la UIC (Universitat Internacional de Catalunya) ha elaborado un documental que, bajo el título de 'La Xarxa Invisible' (La red invisible) pretende concienciar sobre el suicidio juvenil. Un documental dirigido por Albert Gordillo, que se presentará esta misma tarde en el Aula Magna de la UIC y que cuenta con el apoyo de numerosas entidades e instituciones que se suman a este mensaje de concienciación. Una vez presentado, se podrá visionar en la web de la universidad y también en plataformas de contenido audiovisual como YouTube.
Drama silencioso
En 'La Ciutat' hemos podido hablar sobre este documental y también sobre la realidad del suicidio juvenil con el doctor Pere Castellví, profesor e investigador de la Facultad de Medicina de la UIC. Castellví reconoce que "el suicidio siempre ha sido un tema tabú, pero desde la pandemia se ha empezado a visibilizar, porque los problemas de salud mental se generalizaron a partir de entonces con el aislamiento social en el que nos vimos con el confinamiento. También se han impulsado políticas de concienciación, pero se necesita aún más visibilización".
Está claro que la pandemia fue un punto de inflexión, generando un gran impacto negativo en la salud mental de muchas personas. Para el doctor Castellví "nos estamos recuperando, o al menos estabilizando. Hice un estudio sobre la conducta en adultos antes y después de la pandemia y el contraste era muy grande". Para el doctor Castellví fueron muchos los factores que contribuyeron a este impacto negativo en nuestra salud mental: "No sólo el confinamiento en sí afectó a nuestra salud mental, ya que en tiempos de pandemia también se incrementó el consumo de alcohol, la violencia de género... Todo esto suma para hacer que la tendencia al suicidio sea multifactorial. Lo que está claro es que el aislamiento tuvo mucho impacto, pero también agravaron todo esto la hipocresía de las redes sociales o la victimización de los jóvenes. Es un cóctel explosivo teniendo en cuenta todos estos aspectos".
Los adolescentes, más frágiles que antes
Estos últimos años los más jóvenes se han vulnerabilizado en cuanto a salud mental, parece que tienen una fragilidad que antes no tenían. Para el doctor Castellví todo tiene una base científica: "Hay que tener en cuenta la particularidad de la fase adolescente, porque esas edades el neurodesarrollo está en pleno proceso. Hasta los 25 años hay cambios neuronales. Los jóvenes viven fases muy intensas a nivel sentimental, como por ejemplo una rotura de pareja, y también a nivel emocional, con especial sensibilidad a los grandes cambios. La amígdala, que se dedica al desarrollo de las emociones, está sobreestimulada en esas edades, y la corteza prefrontal, va más lentamente que las otras, lo que provoca que cueste más controlar los impulsos".
