Es la primera vez que se utilizan cocos para ocultar droga. Se habían tomado muchas precauciones para intentar que la cocaína pasara desapercibida. Se taladraban los cocos, se sacaba el jugo con una jeringuilla y se introducía la cocaína para proceder posteriormente al sellado del coco con un material similar al de la cáscara. Para no levantar sospechas se introdujo un sólo un coco con la droga en cada una de las 65 cajas que traían los más de 900 kilos de fruta de Colombia.
La operación tiene su origen en el estudio pormenorizado que realiza la Unidad de Análisis de Riesgos de la Aduana del aeropuerto de Barajas con la dirección del administrador de la aduana, en el que se detectó una partida comercial procedente de Colombia que declaraba contener cocos frescos.
El equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil también se encontraba investigando la llegada de fruta fresca de Colombia, por lo que se unieron todos los datos y se optó por pasar unas medidas fiscales a la mercancía. Fue entonces cuando los escáneres del aeropuerto mostraron que la densidad que se veía en algunos cocos no se correspondía con la normal.
La operación conjunta de la Guardia Civil con la agencia tributaria en el aeropuerto de Madrid Barajas se ha saldado con tres detenidos, una mujer y dos varones de origen colombiano, y se han intervenido una partida de fruta fresca en la que se ocultaban 47.678 gramos de cocaína líquida.