El local no contaba con ningún tipo de identificación en la fachada y de él emanaba un fuerte olor a disolvente y a productos químicos.
Estaba dividido en dos partes, una dedicada a la exposición de productos y la otra, a la manipulación y envasado de estos productos cosméticos, como se podía leer en las etiquetas.
El portavoz de la Policía Municial, Fernando Rodríguez, afirma que algunos no tenían etiquetado en español y en otros se podía leer 'Puede formar concentraciones de polvo combustible en el aire, líquidos y vapores muy inflamables, susceptible de provocar cáncer o puede provocar irritación ocular grave'".
Técnicos municipales realizan una inspección más detallada y darán parte a la Agencia Española del Medicamento.
El local, que no ha sido precintado, no tiene licencia, sólo una declaración responsable para actividades económicas.